La ansiedad es, en algunas circunstancias, una respuesta normal que se produce cuando una persona percibe en su entorno una posible amenaza. Su función es adaptativa en el sentido de que permite la supervivencia y adaptación al entorno, sin embargo, esta función adaptativa respondía mas a necesidades de supervivencia de nuestros antepasados prehistóricos; y los síntomas que antes eran adaptativos, hoy en día en pocas circunstancias lo son. La ansiedad puede resultar muy molesta pero en ningún caso pone en peligro la vida de la persona.
A veces sin embargo, esta ansiedad se produce ante ciertos estímulos y resulta muy beneficiosa para la afrontación de la situación (ejemplo: ante un examen, cuando pasamos por un paso de peatones y se abalanza un coche sobre nosotros, etc.) pero cuando la ansiedad se produce ante estímulos que no suponen ningún tipo de peligro y dicha ansiedad y conductas de evitación asociadas provocan un malestar en la persona y/o dificultades para un funcionamiento normal, nos encontramos ante los llamados trastornos de ansiedad.
Los trastornos de ansiedad más frecuentes son: Trastorno por ansiedad generalizada (TAG), el trastorno de pánico (con o sin agorafobia), trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno por estrés postraumático (TEPT), fobia específica, fobia social, etc.