La autoestima se fundamenta en el autoconcepto que es la percepción que tenemos de nosotros mismos tanto física como psicológicamente y esta autopercepción forma un concepto mental de quien y como somos.
Nos formamos esa imagen a lo largo del tiempo, empezando en nuestra infancia. Esta idea de nosotros mismos puede coincidir con la idea que los demás tienen de nosotros o no, incluso esta idea puede coincidir con la realidad o no, pero cuanto más realista sea esta idea, más adecuada será nuestra interacción con el ambiente que nos rodea, más nos aceptaremos a nosotros mismos, mayor será nuestra capacidad de crecimiento personal y más sólida será nuestra autoestima.
Por tanto, la autoestima se puede definir como el resultado emocional que surge si aceptamos y nos gusta nuestro autoconcepto.