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"Las soluciones a tus problemas están dentro de ti... Juntos podemos encontrarlas"

Recursos

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Por Ana Linarejos Agüera Gomez 1 de abril de 2020
Si queremos que nuestros hijos/as se conviertan en adultos autónomos y responsables, les debemos enseñar desde pequeños a adquirir responsabilidades. Eso sí, las responsabilidades dadas deben ser adecuadas a su edad y sus capacidades para evitar la frustración y animarle a confiar en ellos mismos. A cada edad una responsabilidad. . . A los 3 años pueden comenzar a tener hábitos de independencia. A esa edad empiezan a hacer por ellos mismos las actividades relacionadas con la alimentación, la higiene y el autocuidado en general. A los 5 años. Los niños deben vestirse solos y pueden recoger los juguetes con ayuda, lavarse las manos y los dientes. También pueden hacer tareas como llevar la ropa sucia al cesto. A los 6 años. Debe usar correctamente los cubiertos, bañarse o ducharse solos y peinarse. Ya pueden empezar a ayudar en casa en tareas pequeñas. A esa edad ya deben reconocer sus errores y disculparse cuando hacen algo incorrecto. Con 7 años deben mantener su habitación ordenada y ayudar en las tareas del hogar. Pueden levantarse con el despertador y prepararse para ir al colegio solos. Ayudar a hacer su cama, poner la mesa y ordenar sus cosas. También pueden empezar a administrarse con su paga semanal y solucionar sus propios problemas cotidianos ayudados por sus padres.
Por Ana Linarejos Agüera Gomez 1 de abril de 2020
La adicción no necesariamente está asociada con una sustancia, a veces hay adicciones sin sustancia; por ejemplo: existen personas preocupadas de forma exagerada por el sexo, las compras, el juego, etc. Con sustancia o sin ella, desde mi punto de vista las adicciones son un intento de huir de la realidad, una realidad no aceptada, no comprendida, no transformada y no asimilada por el humano, de ahí que en muchas ocasiones sea necesario “rascar” un poco más en la superficie de la adicción y abordar los factores existenciales de las personas para poder ayudarlas. Este “vacío existencial” que propongo se ve comprobado cuando la persona que es adicta desarrolla varias adicciones a la vez, por ejemplo: es común que la adicción al sexo se asocie con el alcohol, que los jugadores compulsivos coman y/o beban en exceso o que después de un proceso terapéutico el poner fin a una adicción no alivie automáticamente a las demás o inclusive surjan otras nuevas. Lo que quiero decir, es que la persona adicta ha caído en un proceso en el que busca el placer por el placer, en el que vive de forma acrítica, sin un proyecto que le vincule y todo ello hace que acabe por sentirse “perdido/a”. Ahí es donde se encuentra su vacio y mientras no localice la raíz de su vacio y alguien que le ayude en ese proceso no conseguirá “des-intoxicarse”.
Por Ana Linarejos Agüera Gomez 1 de abril de 2020
1. Céntrate en el presente ¿Qué estás haciendo justo en este momento? Recuerda que los momentos no vividos con los cinco sentidos son momentos perdidos. En la mayoría de las ocasiones la ansiedad se genera por pensamientos que pertenecen al pasado o por situaciones que se pueden dar en el futuro, ¡Detente! ,¡Para tu pensamiento! y disfruta intensamente de lo que estás haciendo en este momento. 2. Respira, respira y respira pero hazlo bien. Siéntate en una silla cómoda pon las manos en tu vientre e inspira profundamente por la nariz hasta que sientas que tu vientre ensancha, posteriormente suelta el aire por la boca. Hazlo varias veces. 3. Considera que tu ansiedad te trae información y ha venido a enseñarte algo que de otra manera hubiese sido imposible aprender Contemplar tus miedos y considerar los retrocesos como una oportunidad para crecer es el primer paso para hacerte libre. ¡Sé un buen alumno! 4. Valora tu esfuerzo y todo lo que has tenido que resistir. Hay una persona muy fuerte en tu interior que te está ayudando a vivir. 5. Identifica los síntomas físicos que experimentas, reconócelos y vívelos con naturalidad pues al fin y al cabo todos los experimentamos. Cuanto antes te hagas “amigo/a” de ellos antes aprenderá tu mente que no son peligrosos. Te requerirá esfuerzo, porque tu cerebro ha asociado estas sensaciones al peligro, pero lograrlo dependerá de tu resistencia y tu resistencia será la clave del éxito.
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