El miedo es una emoción básica común, propia de la evolución humana y necesaria para mantenernos vivos, puesto que nos alerta de un peligro y nos prepara para el mismo, tanto para enfrentarse a él, como para evitarlo si es excesivo. Por lo tanto, todos los seres vivos experimentamos el miedo como una emoción adaptativa.
El miedo es una emoción que sirve de mecanismo de defensa ante posibles peligros o adversidades. Pero en ocasiones este miedo se vuelve irracional y desproporcionado, es entonces cuando aparecen los trastornos psicológicos llamados fobias. Por ejemplo, si yo tengo miedo de meterme a nadar con tiburones ese miedo es un miedo “racional” dado que existe un peligro real para mi vida pero si lo que evito es la visión de una cucaracha (que no pica), un pájaro (que es inofensivo) se trata de una fobia porque ese miedo es “irracional” dado que no existe ningún peligro real.
Por tanto, hablamos de fobias cuando existe un miedo irracional a un estímulo y nos provoca un malestar significativo o nos limita el funcionamiento de las áreas importantes de la vida: estudios o trabajo, familia, pareja o amigos o actividades propias de la vida cotidiana.